El
estrés postvacacional es algo muy común en estas fechas. Al terminar la época
estival tenemos que reincorporarnos a nuestra vida cotidiana y adaptarnos al
ritmo que exige el mundo laboral o académico.
Sabemos
que el estrés es una respuesta normal del organismo que se pone en marcha para
adaptarnos a las necesidades del ambiente. A nivel psicológico, los procesos
cognitivos estarán más orientados a la resolución de problemas y serán más
rápidos para atender la demanda de la tarea que tenemos entre manos. A nivel
fisiológico, aumentan todas nuestras respuestas físicas, como la tasa
respiratoria o cardiaca y a nivel de la conducta o comportamiento, éste será
más activo y dinámico.
Sobre
esto se ha escrito muchísimo y las soluciones para paliar los efectos
contraproducentes de este estrés son más que satisfactorios, como el
acercamiento a esa actividad cotidiana de una manera gradual, procurar dormir 8
horas diarias, realizar algún deporte, una dieta equilibrada, etcétera.
Yo
os propongo hacerle frente a este proceso de cambio desde una perspectiva naturopática,
para ello podemos hacer uso de la gran cantidad de técnicas y terapias que
ofrece la naturopatía y están al alcance de nuestra mano.
Uno
de los factores importantes que influyen en la aparición del estrés es la
decisión y puesta en marcha de una dieta alimenticia para perder el
peso que hemos cogido en nuestras vacaciones. Hay muchos motivos que determinan
el fracaso de estas dietas y esto hace que el estrés sea mayor. Uno de ellos es
la realización, como una obligación, de dejar de comer determinados alimentos
que nos gustan. En estos casos es muy importante mantener una actitud abierta y
positiva e intentar acercarnos a la comida, no de una manera restrictiva, sino
escogiendo descubrir alimentos nuevos, sabores distintos, texturas, colores y
olores desconocidos, acercándonos de una manera libre, como si buscáramos esa
aventura, propia de unas “vacaciones gastronómicas”.
La
alimentación es el centro del sistema de la salud y elegir una alimentación
compuesta de frutas, cereales y verduras con su aporte básico de proteínas,
conseguirá reducir los tan molestos síntomas físicos que provoca el estrés. Os
animo a practicar con los brotes y germinados de algunas semillas como la
lenteja o la soja.
Con
referencia al deporte, es ideal realizar algún tipo de ejercicio al volver de
nuestras vacaciones para soltar todo ese estrés acumulado durante el día y
llegar a casa descargados y llenos de energía positiva. Pero ¿por qué no
hacerlo desde una perspectiva naturopática? Introducir un deporte al aire libre
como el senderismo, nos acercará de nuevo a esas excursiones que solemos
realizar durante las vacaciones y así el cambio no será tan brusco. Además el
contacto con la naturaleza nos aportará ese equilibrio y paz interior que
conseguimos durante los días de verano.
En
Naturopatía uno de los recursos o técnicas más utilizadas para obtener un
estado óptimo de la salud es el uso de los “Estímulos Naturales”. Estos son,
Agua, Sol, Tierra y Viento. Vamos a hablar de uno de ellos que nos ayudará a
combatir los efectos del estrés postvacacional.
Los
meses de otoño son estupendos para poner en práctica las eoloaplicaciones (Viento)
pues la temperatura es la propicia para exponer nuestro cuerpo al aire libre.
Todos
hemos notado cómo al exponernos a un sitio más aireado nos encontramos mejor y
más despejados, por eso, realizar una eoloaplicación de manera consciente, nos
proporcionará todos los beneficios de este estímulo natural, entre ellos, el
descenso del nivel de toxemia y por tanto el aumento del coeficiente de
vitalidad ya que el baño de aire posibilita la respiración cutánea, siendo la
piel uno de los emuntorios más importantes en naturopatía porque es el que se
usa principalmente en la maniobra de derivación para no sobrecargar al organismo
mientras expulsa la toxemia.
Consiste
en exponer el cuerpo desnudo o semidesnudo al aire libre, en días despejados
que no soplen vientos fuertes y a una temperatura de entre 15 y 25 grados. El
lugar ha de ser umbrío y seco, de espaldas al sol y así conseguiremos que el
aire nos dé una sensación de agradable frescura. El baño de aire debe
realizarse con los pies descalzos para facilitar la reacción, por eso si lo
realizamos al aire libre, sobre el césped, además estaremos ayudando a
conseguir una descongestión cefálica, un síntoma muy común en los periodos de
estrés. Si
tenemos dificultad para realizar esta práctica, otra forma de tomar baños de
viento es dormir desnudo con la ventana abierta, siempre que el tiempo lo
permita.
La
realización de estas prácticas es algo muy sencillo que no implica ningún
esfuerzo pero puede surgir esa desmotivación propia de los periodos de estrés,
algo muy negativo porque nos impide poner en práctica estos remedios naturales
y además dificulta la rapidez en la mejoría y adaptación al cambio. Para
esto, podemos hacer uso de la Terapia Floral. El sistema floral de
Bach abarca estos y otros muchos aspectos de la personalidad, incidiendo
directamente en el sistema emocional y ayudándonos a recuperar esa energía
perdida, propia del estrés postvacacional.
La
Naturopatía ofrece un amplio abanico de técnicas para hacer frente a momentos
difíciles, cursen o no con la pérdida de la salud. Vivir de manera natural
haciendo uso de los recursos que nos ofrece nuestro entorno es toda una
aventura que os animo a emprender.
Terminan las vacaciones de verano y
comienzan las vacaciones para mi salud.
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